Violencia en Río de Janeiro: cómo el conflicto armado puede impactar en la temporada turística
Los enfrentamientos armados y ...
Los enfrentamientos armados y el saldo trágico de más de 120 muertos que tuvo como resultado la operación más grande que la Policía Civil y Militar de Río de Janeiro llevó a cabo contra la facción Comando Vermelho, en los complejos de Alemão y Penha, en la zona norte de la ciudad carioca, volvieron a poner a este destino bajo la lupa de la inseguridad. Aunque el operativo policial no ocurrió cerca de las postales más reconocibles de la “cidade maravilhosa”, el impacto simbólico de la violencia urbana resuena mucho más allá de los límites del morro.
Las calles vacías y las escuelas cerradas tras el megaoperativo dejaron una imagen que contrastó con la habitual vitalidad carioca. Y en un contexto de plena reactivación del turismo internacional, la pregunta inevitable es si esta nueva crisis afectará los planes de quienes proyectan pasar allí las vacaciones del próximo verano.
Desde la agencia Nosso Paraíso Turismo, con base en Río de Janeiro y receptiva de viajeros de todo el mundo, contaron a LA NACION que el operativo generó inquietud inmediata entre los turistas. “El 28 de octubre recibimos muchas llamadas preguntando cuál era la verdadera situación de la ciudad -confía Ayelén Hamue, que vive en allí hace 14 años-. Lo ocurrido fue en el Complexo do Alemão, un conjunto de más de veinte favelas en el suburbio de Río, un lugar al que los turistas no van. La mayoría se hospeda en la zona sur, como Copacabana, Ipanema, Leblon, Botafogo, Flamengo o el centro. También en Barra da Tijuca, en la zona oeste. Ningún punto turístico está cerca de donde ocurrió la operación”.
Susto, conmoción y los favela toursA pesar del “susto y la conmoción”, Hamue asegura que al día siguiente del megaoperativo policial “la ciudad estaba normalizada”. Sin embargo, considera oportuno hacer un llamado de atención con respecto a algunas actividades que se promocionan en Río de Janeiro desde hace varios años. “Creemos importante hablar sobre los llamados ‘favela tours’, que son recorridos que consideramos inseguros y carentes de interés turístico -señala Hamue-. Nosotros no vendemos ese tipo de excursiones porque no queremos exponer innecesariamente a nuestros visitantes. Río tiene playas paradisíacas, historia y cultura de sobra sin necesidad de entrar en zonas de riesgo”.
Con más de 320.000 seguidores en Instagram, Carlos Velazco y Nati Cúneo llevan adelante el perfil Río para argentinos, y decidieron publicar un video luego de lo ocurrido para explicar la situación. “Decir que todo está 100 por ciento normal no sería la verdad. Los relatos y noticias de lo que pasó ayer siguen sonando por todas partes. Sabemos que muchos de los que nos siguen son turistas que están en la ciudad ahora, que están planeando un viaje o que tienen algún amigo que está en Río de Janeiro -dijo el influencer-. El foco del operativo fue en la zona norte, un lugar alejado de las zonas más turísticas. De hecho, es muy común que un turista venga muchas veces a Río y nunca llegue a esa parte de la ciudad”.
Además, y en coincidencia con Nosso Paraíso Turismo, Velazco señaló que el Centro de Operaciones de la Ciudad informó que Río volvió al nivel 1, el más bajo de alerta. Y aunque el clima no es de total normalidad, en zonas como Copacabana o Ipanema, asegura el joven, la vida sigue igual: los comercios están abiertos y la gente camina por la playa.
La percepción de un destino inseguroLos episodios violentos en Río de Janeiro no son una novedad. La ciudad convive desde hace décadas con operativos policiales de alto riesgo y una criminalidad persistente que atraviesa sus periferias. Sin embargo, cada estallido vuelve a reforzar en el exterior la idea de que se trata de un destino inseguro, una percepción que los actores del sector turístico intentan contener. En ese sentido, el testimonio de Velazco refleja el pulso dual de la ciudad: entre la calma aparente de la costa y la preocupación latente por lo que ocurre en sus márgenes. Y para los turistas, esa disonancia alimenta la percepción de riesgo, aun cuando las estadísticas sostienen que, rara vez, los visitantes están expuestos a la violencia que golpea a las favelas.
Desde una importante agencia de viajes regional explicaron que el golpe anímico fue inmediato. “La gente se fue rápido a sus casas y los comercios de zonas turísticas como Ipanema, Leblon o Copacabana bajaron las persianas porque muchos empleados viven en las afueras -admitieron-. Pero fue un cierre preventivo, porque en esas zonas no había riesgo directo para la gente, aunque sí generó mucha incertidumbre”.
A pesar de lo sucedido, la misma fuente sostuvo que no hubo cancelaciones masivas: “Enseguida se activaron los equipos de contingencia: se revisó cuántos pasajeros estaban en Río y cuántos estaban por viajar. Pero no hubo ningún incidente con turistas”.
El punto de conflicto, lejos de los turistasEsa es la línea argumental que hoy repiten con cautela los operadores de viajes. El foco del operativo -remarcan una y otra vez- estuvo en el norte de la ciudad, muy distante de los barrios de la zona sur donde se concentran los hoteles, las playas y los puntos icónicos como el Pan de Azúcar o el Cristo Redentor. “Un turista puede venir muchas veces a Río sin haber pisado nunca esas zonas”, insisten.
La historia demuestra que ni los arrastões -esos robos en masa que alguna vez sembraron pánico en las playas de Copacabana e Ipanema- ni los recurrentes operativos policiales han logrado vaciar de turistas las arenas cariocas. Antes de la pandemia, el estado de Río recibía entre 1,2 y 1,3 millones de visitantes internacionales por año, y la tendencia reciente muestra una recuperación sostenida: solo en los primeros cinco meses de este año arribaron más de un millón de turistas.
El desafío ahora es preservar esa confianza. Desde varias agencias consultadas por LA NACION aseguran que, por precaución, se suspendieron temporalmente las campañas publicitarias para Río de Janeiro, pero solo hasta que se estabilice el panorama. “No se registraron cancelaciones ni caídas en la demanda. Los viajeros preguntan, quieren saber si es seguro, pero siguen eligiendo Brasil -confió una fuente turística sin revelar el nombre de la agencia-. Lo que cambia es el tono: hay más prudencia, más búsqueda de información”.
Según cifras de la agencia Almundo, la tendencia en la búsqueda de viajes al exterior está en alza: el 87% de los viajeros busca paquetes internacionales, con clara preferencia por el turismo de sol y playa. Brasil lidera las elecciones con destinos como Río de Janeiro, Buzios y Florianópolis a la cabeza. Además, señalaron que ya se preparan para un Cyber Monday que promete reforzar esa tendencia, como también el fuerte interés por otros destinos del Caribe.
Mientras tanto, las autoridades locales refuerzan la seguridad en los principales corredores turísticos y emiten recomendaciones actualizadas para los visitantes. El desafío, admiten los expertos, no es tanto contener los riesgos reales, que están limitados a ciertas zonas, sino frenar el impacto de la percepción.