Los Pumas y una necesidad imperiosa: de 2012 a 2025, por qué es importante que los Pumas le ganen a Gales
Más de 51.000 espectadores pasaron de la algarabía al asombro al ver cómo Gales, el campeón del Seis Naciones, era sorprendido por un equipo de los Pumas repleto de nombres, por entonces, año ...
Más de 51.000 espectadores pasaron de la algarabía al asombro al ver cómo Gales, el campeón del Seis Naciones, era sorprendido por un equipo de los Pumas repleto de nombres, por entonces, año 2012, desconocidos. Trece años más tarde, Cardiff vuelve a abrazar el duelo inaugural de la habitual travesía argentina por Europa de finales de año. Como entonces, está en juego un buen posicionamiento en el ranking para llegar al sorteo mundialista en posición favorable. No obstante, predominan los factores diferenciales. Los Pumas finalmente parecen haber asimilado la experiencia de jugar año a año con las potencias del sur y amenazan con ponerse a su altura. Gales, en cambio, atraviesa la peor crisis de su historia.
El domingo, a las 12.10 de nuestro país, los Pumas visitarán a Gales con la obligación de ganar para aspirar a conservar el sexto puesto en el ranking mundial, última vacante para ser cabeza de serie en el Mundial de 2027 en Australia. Con Escocia (8º) e Inglaterra (4º) como escalas subsiguientes, dos rivales directos en la lucha por esa preciada plaza, comenzar con el pie derecho es condición ineludible.
El impacto de 2012Transcurría noviembre de 2012 y la Argentina venía de un aleccionador bautismo de fuego en el Rugby Championship, que incluyó un empate y cinco derrotas. Abrieron la serie en el Millennium y sorprendieron a los locales imponiéndose 26-12. Juan Imhoff marcó el camino con un try eléctrico con su sello (Gonzalo Camacho, el otro wing, apoyó el otro) y Nicolás Sánchez se floreó con dos drops como sustituto en la función de pateador de Felipe Contepomi, que salió lesionado a los 12 minutos. Imhoff y Sánchez tenían 24 años, estaban en su segundo año en el equipo y asomaban como figuras de la nueva era. Para el equipo conducido por Tati Phelan significaba la confirmación de que el rumbo iniciado unos meses atrás con los gigantes del sur empezaba a rendir frutos.
Las aspiraciones del equipo que hoy conduce Felipe Contepomi son otras, pero las necesidades son las mismas. Finalizar el año entre los mejores seis del ranking implica ser cabeza de serie en el sorteo de grupos para el próximo Mundial, a realizarse el 3 de diciembre, y en consecuencia evitar compartir la zona con una potencia, allanando el andar hacia los cuartos de final. Gales llega con 18 derrotas en los últimos 19 partidos (sólo superó a Japón desde que eliminó a Australia del Mundial de Francia) y aspira a conservar el 12º lugar para no caer en el tercer bolillero.
La preclasificación es importante, pero es algo que depende de los resultados antes que de las formas, que también tienen su peso específico. A dos años del Mundial, los Pumas están en pleno proceso de evolución, lejos de haber alcanzado su techo. La regularidad, el scrum, la salida del campo propio, por ejemplo, son algunos aspectos que siguen siendo deficitarios. Este año, además, perdieron efectividad en los últimos metros. Si en 2012 jugar el Rugby Championship era una aventura, 13 años más tarde puede afirmarse que la Argentina está cosechando, al fin, los frutos de enfrentarse anualmente con los mejores. Ahora deben ratificarlo ante equipos que están en una esfera inferior a donde gravitan All Blacks y Springboks.
Varias ausencias de pesoEl primer desafío que enfrenta el entrenador es sustituir efectivamente a los lesionados. Los Pumas no contarán con seis jugadores titulares en esta gira: Gonzalo García, Tomás Albornoz (nada menos que la pareja de medios), Pedro Rubiolo, Franco Molina, Joel Sclavi y Lucio Cinti.
Las bajas de García y Albornoz son cruciales no sólo por su peso individual, sino porque son quienes mejor le imprimen al equipo la dinámica que pretende Contepomi y resultó determinante para superar a las potencias. El entrenador vuelve a estar en la encrucijada de elegir un apertura. Santiago Carreras es tradicionalmente el sustituto de Albornoz, y lo hizo en buena forma en el último Championship. Pero en el último partido, ante Springboks en Twickenham, por primera vez con Juan Cruz Mallía disponible (jugó de wing), lo puso en su posición natural de fullback y le dio la chance a Gerónimo Prisciantelli. En su primera titularidad, cumplió con creces.
Otro escollo que deben superar los Pumas es adaptarse al clima del otoño europeo. Al contrario de lo que ocurre en el resto de la temporada, la lluvia y la humedad inciden en la forma de jugar. Una circunstancia que a los argentinos suele incomodar y obliga a adaptar su estilo. Acaso una de las razones del poco éxito que tienen los Pumas en este segmento históricamente, amén del cambio de formas al que obliga el enfrentar a las selecciones del norte en relación con las del sur. Desde que en 1998 se instauró la gira europea de fin de año, que en 2006 se estandarizó con tres test matches (excepto en años mundialistas y en la pandemia de 2020), los Pumas nunca pudieron ganar los tres encuentros, y sólo en cuatro oportunidades terminaron con saldo positivo y alcanzaron dos victorias, la última en 2014.
El propio Contepomi reconoció esta dificultad: “Creo que es una oportunidad que tenemos que valorar, aprovechar, y a la vez me parece que trae desafíos porque sabemos que en otoño las condiciones climáticas por estos lados son distintas a las que nosotros estamos acostumbrados en el hemisferio sur, y la verdad que eso va a traer un desafío lindo para poder ver cómo nos adaptamos y cómo utilizamos esas condiciones de la mejor manera. Es una linda oportunidad que estamos mirando hacia adelante para poder tomarla.”
La reconstrucción de GalesAl margen de la crisis que atraviesa, Gales es una nación de rugby orgullosa. El deporte de la ovalada es religión, sentimiento colectivo sólo comparable al que se vive en Nueva Zelanda. Tiene un entrenador nuevo (Steve Tandy, 45 años) y un plantel joven, aunque sostenido por un grupo de experimentados de calidad internacional: el medio-scrum Tomos Williams, los terceras líneas Jac Morgan y Aaron Wainwright, el segunda línea y excapitán Dafydd Jenkins más el posible regreso del wing Louis-Rees Zammit tras su fallido paso de dos temporadas por la NFL; su último partido internacional fue en los cuartos de final del Mundial de Francia 2023, ante los Pumas en Marsella. No se la puede menospreciar, pero si despliegan su juego los argentinos impondrán condiciones.
El grado de dificultad irá en aumento para los Pumas. Escocia, que este sábado se enfrentará con los All Blacks (vienen de aplastar a Irlanda en Chicago), son rivales directos en la lucha por el sexto puesto del ranking. Aunque no tuvo un gran Seis Naciones, al equipo dirigido por Greg Townsend no le falta veteranía, solidez ni cohesión. En Murrayfield, los Pumas no ganan desde 2009 y acumulan cuatro derrotas seguidas. El último rival será Inglaterra, que viene de vencer con autoridad a Australia, un buen resultado para los Pumas considerando que los australianos son los más próximos perseguidores, aunque elevó a los ingleses hasta el cuarto escalón. Fiji y los All Blacks son sus próximos rivales en Twickenham, donde los Pumas se impusieron en el último enfrentamiento allí en 2022. No obstante, los 14 triunfos en los últimos 15 partidos dan cuenta de la dificultad que entraña Inglaterra para la selección argentina.
La última acción de la ventana de noviembre de 2012 fue un try del fullback Kurtley Beale para darle la victoria agónica a Australia en el Millennium. La derrota le costó a Gales retroceder al noveno lugar del ranking y ungió a los Pumas al preciado octavo lugar. En el sorteo para Inglaterra 2015 realizado unos días más tarde, Gales cayó en el grupo de la muerte con el local y los Wallabies, mientras que los Pumas sólo tuvieron a Nueva Zelanda como rival de fuste, lo que favoreció el acceso a semifinales. No habría sido posible sin la victoria Puma en el Millennium. Otras aspiraciones, las mismas necesidades.