Foto: AFP. Las visitas al extranjero del primer ministro indio Narendra Modi son acontecimientos cuidadosamente coreografiados que siempre tienen en cuenta sus repercusiones internas. Cuando Modi participó la semana pasada en Hiroshima, Japón, en la reunión del G7, venía de la aplastante derrota en las elecciones del estado de Karnataka. Ante los dirigentes de las principales potencias occidentales actuó entonces como voz disonante, para luego continuar su gira por Papúa-Nueva Guinea y Australia, donde reafirmó la pertenencia de su país a la alianza Quad (EE.UU., Japón, Australia e India). Durante su viaje el líder nacionalista se mostró abierto en todas las direcciones, pero sin ocultar su aspiración a codirigir el orden mundial que va surgiendo. La economía india ya alcanzó el sexto puesto internacional, pero, para avanzar hacia su objetivo estratégico, el jefe de gobierno debe cuidar que la combinación entre las tensiones internas y las externas no le juegue una mala pasada en las elecciones generales de 2024. En Hiroshima la puesta en escena fue excelente. El presidente Biden hizo todo lo posible por ganarse a Modi, incluso le pidió un autógrafo y comentó que envidiaba su popularidad. Sin embargo, el indio se sabía observado por la opinión interna de su país y no se dejó embaucar. Sus comentarios sobre la inoperancia de la ONU, la necesidad de respetar el Derecho Internacional y la soberanía e integridad territorial de todos los países y su condena de los intentos unilaterales de cambiar el statu quo fueron un trago amargo para los líderes occidentales presentes. Sin embargo, fue la reunión que Modi mantuvo con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski la que mejor puso de manifiesto sus técnicas de comunicación. En la misma el primer ministro indio destacó, primero, que para él la guerra en Ucrania es sobre todo “una cuestión de humanidad”; segundo, que India apoya el diálogo y la diplomacia “para encontrar una salida” y está dispuesta a ayudar en la resolución del conflicto y, tercero, que su nación seguirá proporcionando ayuda humanitaria al pueblo ucraniano. De este modo, Modi mantuvo la neutralidad de India y soslayó cuidadosamente las discusiones sobre la génesis de la crisis ucraniana. En su lugar, el indio se colocó por encima de los contendientes e insistió en el sufrimiento humano debido a la guerra. En tanto, durante su visita a Australia, entre el lunes y el miércoles pasados, el primer ministro firmó junto con su colega local, Anthony Albanese, un nuevo acuerdo sobre migración, para impulsar los viajes de estudiantes y empresarios indios a Australia, y por la noche del martes en un acto celebrado en uno de los mayores estadios deportivos de Sídney se hizo aclamar por miles de indios residentes en Australia. Con esta manifestación Modi buscó aprovechar su popularidad entre los indios expatriados, para aumentar el apoyo en su país. Modi junto a Papa Francisco / Foto: AFP. En Sidney debía celebrarse la reunión de la alianza Quad en la que EE.UU. e India participan junto …