Palito Ortega fue nombrado Personalidad Emérita de la Cultura en una emotiva gala, “no me iba a rendir fácilmente”
Palito Ortega fue distinguido anoche como Personalidad Emérita de la Cultura de la Nación en el Palacio Libertad. El reconocimiento estuvo acompañado por un concierto titulado El Esencial: Palit...
Palito Ortega fue distinguido anoche como Personalidad Emérita de la Cultura de la Nación en el Palacio Libertad. El reconocimiento estuvo acompañado por un concierto titulado El Esencial: Palito Ortega. Homenaje al Rey, que ofreció la Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto”, bajo la dirección de Gustavo Fontana y con la participación de cantantes invitados que les pusieron voz a sus más recordadas creaciones.
Con una puntualidad inglesa, a las 20 horas Ramón Bautista Ortega ingresó al Auditorio Nacional de la mano de Evangelina Salazar y se ubicó en la primera fila, con su esposa de un lado y el Secretario de Cultura de la Nación Argentina, Leonardo Cifelli, del otro. En los costados se acomodaron sus hijos Emanuel, acompañado por Julieta Prandi, Sebastián (sin Valentina Zenere), Luis, Martín y Rosario (solo faltó Julieta por cuestiones laborales), junto a varios de sus nietos. Una hilera más atrás se encontraban Luciana Salazar y su hija Matilda, e invitados de la familia como Héctor Cavallero, Martín Cabrales, Fernando Marín, Nequi Galotti y Teresa Calandra, entre otros.
El concierto comenzó con la versión de Papeles interpretada por Néstor Rolán, y así durante más de una hora, de manera intercalada, Martín Díaz, Luz Matas, Romina Pugliese y Pablo Turturiello interpretaron las canciones más conocidas del tucumano, las cuales fueron vitoreadas por una platea que aclamaba a su ídolo.
Versiones como Sabor a nada, Un muchacho como yo, Se parece a mi mamá, El changuito cañero y Corazón contento fueron reversionadas con arreglos especialmente escritos para orquesta por Marina Ruiz Matta. Sin embargo, el momento más festivo llegó cuando Turturiello, bajo una estética que recordaba al Luis Miguel del disco 20 años, recorrió parte de la época dorada de Palito, con títulos como Despeinada y Bienvenido amor. Entre los asistentes más enardecidos se lo vio a Fernando Dente, quien acompañó desde la platea a su pareja, filmando con su celular cada una de sus interpretaciones.
El final reunió a todos los cantantes sobre el escenario con La felicidad y Yo tengo fe, que el público acompañó de pie, cantando y aplaudiendo, en un cierre colectivo.
A lo largo de la velada, la audiencia reclamó que Ortega cantara alguna de sus canciones, pero para sorpresa de todos, el músico nunca cantó. Desde la producción explicaron a los periodistas presentes que su registro de voz no podía amalgamarse con el sonido de la orquesta, por lo que su ausencia vocal reforzó la idea de un simple homenaje.
Al final del concierto, Cifelli subió al escenario y le entregó la distinción a Ortega, quien recibió la ovación más emotiva desde los cuatro pisos del auditorio y tomó la palabra. “Es muy difícil poder expresar con absoluta claridad todo lo que uno quiere, porque son muchas emociones, son muchos recuerdos”, comenzó diciendo.
EmociónEl músico recordó sus inicios en Buenos Aires, cuando llegó a Retiro con una valija de cartón prestada y sin certezas sobre el futuro. “Yo fui siempre un hombre que no me iba a rendir fácilmente. Las adversidades fueron muchas, porque uno viene de un lugar muy humilde y muy precario. Y en oportunidades como esta, yo no puedo olvidar ese momento en que bajé del tren, veía pasar todo el movimiento y no sabía para dónde ir. Así empezó mi existencia en Buenos Aires”, relató.
En su discurso, Ortega habló también de los rechazos que enfrentó en sus primeros pasos, de los comentarios adversos que recibió antes de grabar su primer disco y de la manera en que encontró su propio camino a través de las canciones que la gente podía cantar en coro. “Me di cuenta de que el público quería participar. En realidad, tendría que haberle pagado por lo menos el 50 por ciento de mi carrera a la gente, porque fueron ellos quienes cantaron las canciones”, señaló.
El homenajeado recordó la génesis de La felicidad, nacida de un sonido callejero que lo inspiró a componer una de sus piezas más difundidas en el mundo, la cual fue traducida a idiomas como el francés, inglés e italiano. “Los autores no hacemos otra cosa que traer de la calle emociones, colores, ruidos que se escuchan, y después nos sentamos y todo eso nos motiva y nos lleva a buscar una melodía que tiene que ver con lo que vivimos”, explicó.
En distintos pasajes, agradeció a su familia y a su esposa Evangelina Salazar, “que tuvo mucha paciencia”, y destacó la importancia de la fe y la voluntad como motores de su carrera. Y emulando a su colega y amigo Sandro, cuando en 2006 en el Congreso de la Nación dijo: “¡¿Vieron viejos, hasta dónde llegó el nene?!”, Palito parafraseó: “Yo hoy puedo decirle a mi mujer, a mis hijos y a mis nietos: ‘¿Vieron dónde llegó el abuelo?’”.
La ceremonia incluyó además anécdotas de su trayectoria, como la vez en que, tras organizar la llegada de Frank Sinatra al país y quedar con deudas impagables por la devaluación, volvió a salir con la guitarra a recorrer escenarios hasta recomponer su economía. O aquella primera oportunidad negada en la Sociedad Rural, cuando un presentador se negó a anunciarlo por su vestimenta, antes de que pudiera finalmente mostrar su música.
Ya sobre el cierre, Ortega dejó un mensaje que condensó el sentido de su carrera: “El no ya lo tenemos desde que nacemos, así que hay que levantarse todos los días con un pensamiento positivo. Hay que encomendarse a Dios, porque esa es la fuerza y la energía que nos guía. Y también a la gente, que me dio un lugar tan importante en su vida, me sostuvo y me hizo dar cuenta de que todo el esfuerzo y todos los padecimientos valieron la pena”.
El público lo despidió con aplausos largos, como si no quisiera abandonar la sala. Afuera, en los pasillos del Palacio Libertad, se repetían frases de admiración hacia el músico, que más de medio siglo después de aquellos inicios difíciles sigue ocupando un lugar central en la memoria colectiva.
Ortega volverá a los escenarios muy pronto. Se presentará en el Teatro Ópera el 3 y el 10 de octubre y continuará con su gira nacional que concluirá el 14 de diciembre en el Teatro Argentino de La Plata. Allí, a diferencia del homenaje de anoche, volverá a ser él mismo quien cante las canciones que el público pide con entusiasmo.