Ley de Nietos: el consulado español que trabajó contra reloj para cumplir con la inédita demanda de la ciudadanía
Era víspera de Navidad de 2023 y ...
Era víspera de Navidad de 2023 y Pablo Platas Casteleiro había sido nombrado Cónsul de España en Rosario hacía pocos meses. Varias personas del consulado estaban de vacaciones y decidió atender al público.
“Recibí la documentación de manos de un señor mayor que me preguntó cómo debían hacer sus hijos para poder recibir, también, la nacionalidad. Le dije, automáticamente, que debían pedir un turno y venir. Lo miré y estaba llorando. Me dijo que todos los ahorros de su familia los usaron para pagar su viaje hasta Rosario y que sus hijos no podrían venir. Casi sin pensar le dije que no se preocupara, que íbamos a ir nosotros. Le pedí que se fijara en nuestra web, porque no sabía cuándo, pero íbamos a ir hasta su provincia para que sus hijos pudieran obtener la nacionalidad española”.
Ese fue el origen de las “misiones consulares”. Es importante aclarar que este consulado abarca seis provincias: Misiones, Formosa, Corrientes, Chaco, Entre Ríos y Santa Fe.
“A esas misiones íbamos cuatro personas del consulado, los que entramos en un auto. Y en el baúl llevamos los sellos y todo lo necesario para trabajar y volver con los expedientes”.
Pasaron algunos meses y finalmente el cónsul cumplió con su promesa y llegó a esa provincia del litoral. “Mientras estaba atendiendo se sentaron a mi mesa cuatro jóvenes y un señor mayor. Levanté la vista y era él, lo recordé. Me emocioné muchísimo. Le dije a los hijos: ‘Quiero que sepáis que estamos aquí por vuestro padre’”, cuenta.
Las anécdotas de esas misiones consulares son innumerables, según recuerda: “Muchas personas mayores cuando escuchan mi acento se emocionan, me dicen que recuerdan a sus abuelos o abuelas en mi tonada y se ponen a llorar. Yo siempre trato de bromear y les digo que dejen de llorar que la gente va a pensar que los estoy maltratando. Es un lindo momento”.
NietosLa delegación de Rosario no fue la única que realizó esas misiones consulares durante la vigencia de la Ley de Memoria Democrática, más conocida como de Nietos. Acciones similares fueron implementadas por los consulados españoles de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. Esta iniciativa busca reconocer como españoles a los descendientes de aquellos inmigrantes que llegaron a nuestro país hace décadas.
Así, hoy, el último día de vigencia de la ley el consulado español en Rosario abre al público de 8 a 23.59.
“Trabajamos ininterrumpidamente. Es que nos hemos acercado siempre a esta Ley de Memoria Democrática con la filosofía de no dejar a nadie atrás. Por eso hemos puesto de nuestra parte todo el esfuerzo para que todo el que quería presentarse pudiera hacerlo. Formamos equipos y turnos para poder atender hasta las 23.59”, señala Platas Casteleiro.
La última semana de vigencia de esta ley el Consulado español en Rosario recibió entre 1200 y 1500 expedientes al día. “Para que se den una idea nuestro consulado tomaba, antes de esta ley, 1100 expedientes de nacionalidad al año”, aclara el cónsul.
El área de Registro Civil de este consulado, que es la que se encarga de los expedientes de nacionalidad, cuenta con 11 empleados. “Somos pocos, pero trabajamos mucho. Tengo un equipo fantástico. Son personas muy comprometidas que al igual que yo estamos convencidos que este es un derecho que le corresponde a los nietos de nuestros emigrantes y que tenemos que hacer lo posible para que puedan conseguirlo. Esa ha sido nuestra filosofía”, dice Platas Casteleiro.
El trabajoEl cónsul recuerda que cuando llegó a esta sede, en 2023 la ley tenía ocho meses de vigencia. “En esos meses había tomado 5000 expedientes. Hoy tenemos todo el proceso muy aceitado. Tanto es así que hemos tomado 5000 expedientes entre el sábado, el lunes y el martes pasados”, explica.
−¿Abrieron el sábado?
−Desde hace dos meses venimos abriendo los sábados porque no llegábamos a cubrir la demanda.
−¿Y cómo lo comunicaron?
−Es con cita previa. Hay una cuenta de correo en la que se pide turno y nosotros vamos distribuyendo los turnos según nuestras capacidades. Cuando vimos que llegábamos al fin del plazo de la ley y que no había suficiente tiempo para la demanda resolvimos abrir los sábados. Los turnos al principio los dábamos con dos meses de antelación para que las personas tuvieran tiempo a organizarse y pudiera preparar la documentación y viajar.
−Claro, las personas de esas provincias necesitaban tiempo para organizarse y llegar a la cita.
−Sí, pero nosotros fuimos conscientes, muy pronto, de que muchas personas que eran del norte de nuestra demarcación no podían venir porque no se podían pagar el viaje. Y esta realidad chocaba frontalmente con el espíritu y la filosofía de esta ley: no dejar a nadie atrás. Así fue como creamos lo que llamamos “misiones consulares”, que es una especie de consulado móvil.
La Argentina es un país enorme y las provincias no están muy bien conectadas. Hace 20 años estuve destinado en Buenos Aires y allá no tuve esta sensación. Ahora que vivo en el interior del país sé lo difícil que es venir desde Formosa o Chaco a Rosario. Muchas veces en el camino es indispensable hasta cambiar de colectivos porque no hay nada directo. Por eso decidimos movernos nosotros.
−¿Con qué se encontró estos días que atendió al público?
−Generalmente, atendía al público uno o dos días a la semana, pero este último mes recibí expedientes todos los días junto a mis compañeros. Es muy lindo ver cómo se emocionan las personas que vienen con su documentación.
Lo que me gusta es que no vienen desesperados para irse del país. Aunque no tengo los números exactos diría que ni el 5% de quienes han tramitado la nacionalidad han pedido los papeles para irse.
Es algo que la gente está haciendo como un legado que toman de sus antepasados porque a partir de ahora es para siempre ya que podrán pasarle la nacionalidad a sus hijos y ellos a sus descendientes. Serán generaciones enteras de españoles viviendo en la Argentina.
Hace unos días mi secretaria, que lleva 39 años trabajando en el consulado, cuando nos vio que estábamos al límite de nuestras fuerzas y de nuestras capacidades, totalmente agotados, se acercó y me dijo: “¿Te das cuenta de que estamos viviendo algo épico?”.
Este es un consulado pequeño, en el que tramitábamos 1100 expedientes al año y calculo que en estos tres años hemos tramitado 105.000 expedientes, una locura. Es realmente un momento épico. Es duro, no lo niego, pero sin este reto no estaría tan contento como lo estoy por todo el trabajo que realizamos con este gran equipo.
−¿Se esperaban tantas personas?
−No, creo que nadie preveía este volumen. Hay que tener en cuenta que esta es una ley para todo el mundo y más del 40% de las solicitudes a nivel mundial han sido en la Argentina. Pero claro, ahí debemos pensar que este país fue uno de los últimos en recibir inmigración española.
Y, por otro lado, las leyes anteriores de nacionalidad española habían sido parciales y discriminatorias. Esta es la primera vez que la ley dice claramente: “cualquier descendiente de un abuelo o abuela”. Se acabó la discriminación de tantas décadas contra las mujeres que perdían la nacionalidad al casarse con un extranjero o que no transmitían la nacionalidad a sus hijos. Y han aflorado muchísimos descendientes de mujeres emigrantes.
−¿Tienen datos estimados de cantidad de nuevos españoles gracias a esta ley?
Rosario, por su parte, calculamos que terminará teniendo 150.000 españoles, entre los nuevos y la comunidad de españoles que teníamos antes de esta ley.
−¿Y cómo sigue el trámite a partir de ahora, luego de que las personas entregan su documentación?
−Primero se revisa si entregaron todo, porque si no deben completar la documentación faltante.
Hace un año teníamos como límite máximo resolver el trámite en seis meses una vez que teníamos la documentación completa. Pero ahora no es posible hacerlo en ese plazo porque estuvimos abocados a la tarea de recibir expedientes y por la cantidad de solicitudes que llegaron. Por eso creo que podremos llegar a tardar hasta dos años. Espero reducir ese plazo, pero por ahora estamos estimando que se resolverá en ese tiempo.
Volviendo al proceso. Una vez que se resuelve el caso la persona recibirá su certificado de nacionalidad y unas contraseñas para que con ellas, si quiere, saque un turno para hacer su pasaporte. Este documento cuesta lo mismo que en España: $50.000 pesos o 30 euros. Pero no es obligatorio sacarlo. La nacionalidad española es absolutamente gratuita. No cobramos ni un peso por el trámite.
−¿Y cómo es el trabajo de ustedes cuando reciben el expediente?
−Otra de las grandes medidas que la gente ha celebrado mucho en nuestro consulado han sido los turnos familiares. Si una persona pide un turno puede venir con los 17 miembros de su familia. De esta manera las personas pueden abaratar costos y, para nosotros es más fácil porque al entender la línea de nacionalidad resuelvo todos esos casos más rápido.
En el momento de recibir el expediente verificamos que haya línea de nacionalidad y que estén todos los documentos requeridos. Miramos que las partidas estén apostilladas y esté toda la documentación completa. Luego el expediente puede quedarse en una estantería por varios meses hasta que podemos tomarlo, porque vamos por orden.
Cuando tomamos el expediente a veces tenemos que pedir nosotros nuevas partidas porque nos traen alguna muy antiguas. Luego, al resolverlo se escribía a mano el nacimiento en los libros y era necesario ponerle sellos y dejarlo que se sequen. Un proceso muy antiguo.
Pero hace seis meses tenemos un nuevo sistema en la Nube, muy protegido. Gracias a esta nueva tecnología los usuarios van a poder acceder al sistema sin tener que pedir nada al consulado, solo con su identidad digital podrán descargar su certificado de nacionalidad. Pero como estos cambios se produjeron hace seis meses, en pleno trabajo con la vigencia de esta ley, estamos yendo despacio con este cambio. Debemos adaptarnos y hasta ahora nos veníamos abocando, de tiempo completo, a recibir los expedientes.
Antes de terminar la charla el cónsul revela que su abuela fue inmigrante. Vivió varios años en Buenos Aires. “Ella regresó a España pero la Argentina le dio muchísimo a mi abuela y a todos los inmigrantes. No solo un trabajo digno, si no un país. Por eso esta ley me toca muy de cerca”, dice con emoción.