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Carlos Pirovano: los cambios, la cantidad de empleados que tiene hoy el Incaa y los millones previstos para 2026

“Italia hace 300 películas al año. ¿Por qué la Argentina tendría que hacer 300 películas año? La pregunta que debemos hacernos es cuánta gente va a ver cine argentino. No es tan important...

“Italia hace 300 películas al año. ¿Por qué la Argentina tendría que hacer 300 películas año? La pregunta que debemos hacernos es cuánta gente va a ver cine argentino. No es tan importante que haya muchas o pocas películas. Lo que necesitamos en la Argentina son películas que entiendan al espectador y puedan dialogar con él”, dice a LA NACION Carlos Pirovano, presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), a pocas horas de la apertura del Festival de Mar del Plata, cuya organización está por segundo año consecutivo a cargo del organismo.

La muestra se inaugurará este jueves por la noche, en el Teatro Auditorium, con la proyección de una nueva versión (en clave musical) de El beso de la mujer araña, de Bill Condon, síntesis de una “propuesta muy robusta, con muchos títulos que hoy están en las portadas de todo el mundo como aspirantes a algunos de los próximos grandes premios”, según adelantaron los directores artísticos Jorge Stamadianos y Gabriel Lerman, presentes junto a Pirovano en el diálogo con LA NACION, realizado en el despacho del titular del Incaa.

“Mar del Plata es un hito institucional –agrega Pirovano-, una política de Estado que involucra también a la Municipalidad de General Pueyrredón, a la Secretaría de Cultura de la Nación y también a la provincia de Buenos Aires, que este año también quiso participar y está muy bien. Tuvimos a Victoria Onetto, subsecretaría cultural del gobierno de Axel Kicillof, en la presentación. Nuestro objetivo es no politizar el festival, que es de todos los argentinos”.

-Por segundo año consecutivo, el festival convive con una muestra paralela, antes llamada Contracampo y ahora Fuera de Campo, que se presenta como un espacio de “acción política en defensa del cine argentino”?

-Nosotros nunca imaginamos no dialogar. Si el otro lado no quiere diálogo, no dialogamos. Pero si lo quiere hacer, somos gente de diálogo. Al mismo tiempo esa otra muestra significa que hay más películas en Mar del Plata al mismo tiempo. Así que bienvenida sea.

-Voces importantes de la industria cinematográfica local vienen advirtiendo desde hace tiempo que en 2026 bajará mucho el número de estrenos de producción nacional respecto de lo que viene ocurriendo en los últimos años. ¿Qué números están manejando en la actualidad?

-Este año estamos en 192 películas, al día de hoy. Para nosotros, más que cualquier número, lo importante es que la gente vaya a ver cine argentino. El año pasado la participación de la pantalla nacional en el total de espectadores era del 2,19% y este año estamos casi en el 10%. No hablemos de 300 películas como el objetivo. Tiene que haber tantas películas como productores dispuestos a correr el riesgo de realizarlas. Si el productor está haciendo su película pensando en tener espectadores ya eso es una ganancia para todos. Después hay películas excelentes que tienen menos espectadores, hechas con esa vocación, y está muy bien. Yo no discuto eso. Lo que no puede ser es que de los 192 estrenos argentinos de este año haya uno con 11 espectadores. Esa película la hizo alguien para sí mismo y la pagaron todos los argentinos. Eso no puede pasar nunca más.

-Ustedes lanzaron hace poco nuevos criterios normativos para apoyar la realización de nuevas películas. ¿Qué cantidad de títulos argentinos están vislumbrando para estrenar en 2026?

-Es falso lo que se dice de que hoy no hay rodajes en la Argentina. Se está rodando muchísimo. Y el 30 por ciento de todo lo que se estrena ni siquiera tiene apoyo del Incaa. Son películas que se hacen bajo el propio riesgo y la vocación de quienes las producen. Y hoy es mucho más fácil aplicar al Incaa para un productor. No hay que pasar por dos comités ni presentar libre deuda. Tampoco sufrir como antes la extorsión de los sindicatos. Hay un montón de regulaciones que hemos eliminado para que filmar sea más fácil. Por eso yo soy muy optimista hacia el futuro.

Cambios en las normas

-¿Podría recordar, en pocas palabras, cuál es la nueva normativa de fomento que lanzó esta gestión?

-La nueva normativa establece que el trámite de solicitud de subsidio se inicia con la presentación de la copia masterizada. Por esta simplificación nosotros ya no pedimos inicio de rodaje. Yo no me entero cuándo empezó a hacerse la película sino cuando está terminada y se presenta para la calificación (apta para todo público, mayores de 13 o 16 años) y la clasificación, que es la declaración de interés que lleva a tener el subsidio. El trámite es muy sencillo y muy corto. Para obtener el financiamiento estamos sacando una resolución ampliando la línea de crédito de 50.000 a 100.000 dólares. Piense que durante la administración Fernández se daban anticipos de subsidios por 60.000, así que estamos arriba de eso.

-¿Cuántas copias masterizadas se presentaron al Incaa hasta ahora para aplicar a los subsidios con esta nueva normativa?

-Estamos aproximadamente en 15 copias. Todavía tengo cosas de 2017 con la vieja normativa. Contrariamente a lo que se dijo, es la prueba de que se rodó bastante en los últimos tiempos.

-Usted decía antes que llegó al 10% la participación del cine argentino en el total de espectadores que fueron al cine este año. Gran parte de ese porcentaje pertenece a la extraordinaria convocatoria de una sola película, Homo Argentum: casi 1.800.000 entradas vendidas.

-A ese número hay que sumar Mazel Tov, que llevó casi 370.000 espectadores; a Belén, que están en los 130.000; a Un novio para mamá, que hizo casi 80.000. El año pasado, la única película argentina que superó los 100.000 espectadores fue El jockey, y debajo, la nada misma. Todo eso es anterior a 2024, así que la crisis del cine nacional, ese 2,19% del que hablaba no es responsabilidad nuestra. Esta gestión está recuperando al cine argentino con espectadores, algo que va a llevar tiempo.

-Desde Fuera de Campo se cuestionó formalmente al Incaa por destinar “a la especulación” fondos genuinos que corresponden al fomento mediante inversiones en letras del Tesoro, bonos y plazos fijos.

-Si el Incaa tiene un excedente de fondos la ley nos dice que podemos invertirlos en bonos del Tesoro. Hacerlo es una forma de proteger esos fondos, porque la otra alternativa sería tener ese excedente en plazos fijos o hacer cosas más especulativas como comprar acciones, opciones, futuros de soja, que no hacemos. Para nosotros lo más prudente y conservador son los títulos del Estado cortos. Todo empieza con nuestra decisión de reiniciar el año pasado la vía de convocatorias, que durante toda la gestión anterior había desaparecido. La última convocatoria de ópera prima es de 2018.

-¿Cómo es eso?

-Iniciamos varios concursos y, cuando alguien lo gana, como el de películas terminadas por el que se adjudican 225.000 dólares, hay un año de plazo para pedir el desembolso. Durante ese tiempo, el ganador sale a recorrer el mundo en busca de más dinero y necesita tiempo, que es algo totalmente razonable. Mientras tanto, yo no puedo gastar dentro de esos 12 meses esa plata, que está en moneda dura y el adjudicatario me la puede pedir en cualquier momento. Como tengo que resguardarla, lo más razonable es que ese fondo esté invertido para que cuando esa gente pida la plata la tenga. La reconstrucción del sistema requiere poner en marcha la rueda y eso hace que tengamos un fuerte superávit operativo.

-¿Cuál es el monto de ese superávit?

-Aproximadamente logramos 30 millones de dólares, un número nunca visto en el cine argentino. Y está disponible para ser utilizado. ¿Qué esperan? ¿Qué en el segundo semestre del año salgamos a pedir un crédito porque no tenemos plata? No, la guardamos. Y cuando se solicita, está a disposición.

Las protestas

-En los últimos días hubo reclamos y parálisis en las actividades de la Enerc (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica), incluyendo una movilización a las puertas del Incaa.

-Sí, siempre protestan. El tema de la Enerc también es paradójico y tiene problemas organizacionales importantes. Como todos saben, es una entidad educativa que depende del Incaa, pero tiene un plan de estudios aprobado por el Ministerio de Educación. Ese plan establece un número de horas cátedra, que multiplicadas por un valor para cada una determinan la remuneración de los instructores. El problema que tenemos es que el plan de estudios dice una cosa y las horas cátedra dicen otra.

-¿Cómo se resuelve ese problema?

-Nosotros pusimos un reglamento por el cual a comienzos del año el presidente del Incaa recibe un listado de horas cátedra para cada persona, incluyendo aquellas no asociadas al plan de estudios: cursos de ingreso y actividades extracurriculares. Se aprueban y se pagan. Esto genera en algunos casos temores, porque hay gente que cree que no cobra lo que le corresponde. En medio del equívoco hubo gente que salió a decir que no quería ese reglamento. Estamos acá para ordenar lo que está desordenado. Pero resulta que hay gente que está feliz o medra en el desorden. Si alguien quiere esconder la basura debajo de la alfombra, nosotros vamos a levantar esa alfombra y barrer. Ese es nuestro trabajo.

-¿Terminó el ajuste?

-Sí, hace rato. Fueron los primeros cuatro meses de nuestra gestión, y después lo que hicimos fue empezar a mover de vuelta la rueda: sacar las convocatorias de películas terminadas, de guiones, establecer el mecanismo de selección de jurados. El año que viene vamos a gastar en esas convocatorias 14 millones de dólares, tres veces más de lo que se gastó en fomento en 2023, medido en dólares. Los concursos Gleyzer, los de Historias Breves, que el año pasado tuvieron temática de cine fantástico y de terror, y este año de comedia. La gente del área de concursos está trabajando muchísimo y muy bien.

-¿Cuánta gente está trabajando ahora en el Incaa?

-Doscientas cincuenta personas. Es un número ideal para funcionar, que se sostiene y nos coloca donde queremos estar desde el punto de vista del costo estructural, que es el 20% de los ingresos del Incaa. Podríamos manejarnos con menos gente, pero no es necesario. La gente que trabaja en el Incaa se involucra, le gusta lo que hace y quiere ayudar al cine, que es lo más importante.

-¿Cuántos empleados llegó a tener el Incaa?

-Llegó a tener 800 personas. Hicimos en cuatro meses un ajuste muy poco conflictivo porque se basó en un esquema de retiro voluntario. Además en ese plazo cerramos cuatro edificios: Virrey Cevallos, Belgrano, Moreno y Avenida de Mayo.

-A fines de noviembre vuelve a Buenos Aires la Semana de Cine del Festival de Cannes y a comienzos de diciembre regresa Ventana Sur a Buenos Aires después de su paso el año pasado por Montevideo.

-Así es. Vamos a hacer Ventana Sur en el Palacio Libertad, todo dentro del mismo espacio. Un lugar muy señorial y que nos posiciona frente al mundo. También tenemos previsto hacer en el Gaumont una semana con lo mejor del Festival de Mar del Plata, que va a verse del 1° al 10 de diciembre. Como ves, al final no cerramos nada. Lo único que hace esta administración es cortar curros. Y hay gente a la que le molesta porque vivía de eso. ¿Qué quieren que hagamos?

Programación, estrenos y más

“Estamos muy contentos con la programación. Tenemos más películas que el año pasado y nuevas secciones: competencia internacional de cortos, Mar del Plata Classics, Mar del Plata Series. Más salas disponibles, como el Ambassador. Actividades especiales, como una mesa dedicada a Manuel Puig, el autor de la obra que inspiró la película de apertura, una nueva versión de El beso de la mujer araña. Y la gala inaugural se va a poder ver por el canal América”, dijo a LA NACION Jorge Stamadianos, uno de los directores artísticos.

Este jueves, en la ceremonia de apertura, Marilina Ross recibirá de manos de Sandra Mihanovich el Astor de Plata a la trayectoria. Un premio similar fue entregado al director Juan José Jusid en la presentación de la muestra, a fines de octubre, y Miguel Ángel Solá recibirá la misma distinción en los próximos días. La Raulito, protagonizada por Ross, y Los gauchos judíos, dirigida por Jusid, forman parte de los rescates incluidos en la programación, al cumplirse 50 años de sus respectivos estrenos.

“Este año –agregó Gabriel Lerman, el otro director artístico-, nos importa preservar a Mar del Plata como un espacio de pluralidad dentro de las tensiones políticas que se viven hoy en el mundo. Vamos a tener por un lado un panel sobre cine israelí, junto a un foco importante de las películas importantes producidas allí en los últimos tiempos, y a la vez proyectaremos por primera vez en la Argentina The Voice of Hind Rajab, la película tunecina que expone hechos muy fuertes del conflicto de Medio Oriente desde la mirada palestina. Lo más importante es que no se cancela a nadie. El debate que defendemos es el que acepta las reglas de juego: consistencia, argumentación y respeto al pensamiento del otro”.

También este año se abrirá un punto de encuentro en una de las salas del edificio del Casino Central. Allí, según adelantó Stamadianos, se concentrarán todas las actividades especiales y habrá una barra abierta al público, todas las noches, entre las 20 y las 2.

“Por cada invitado que llega –explicó Lerman- hay 50 gestiones que no arribaron a buen puerto. Lamentablemente, Mar del Plata está muy lejos para la mentalidad de la gente que vive en Estados Unidos o Europa. No es posible tomar un avión en Los Angeles y aterrizar en Mar del Plata. Y, también hay que decirlo, disponemos de un presupuesto 20 veces menor al de San Sebastián, por ejemplo. Pero al mismo tiempo hay muchos actores argentinos que vienen y el año pasado quizás no se acercaban, y varias figuras del cine español como Itziar Ituño, Francesc Orella y Javier Cámara. Lo principal para nosotros es la calidad de las películas que estamos presentando. Apostamos siempre a más”.

El valor de la entrada para cada función fue fijado en 7500 pesos (4000 pesos para estudiantes y jubilados). Los tickets están disponibles en la boletería online del sitio oficial del festival y en los complejos donde se proyectarán las películas: Teatro Auditorium, Cine Ambassador, Cines Paseo Aldrey y Teatro Colón. También habrá proyecciones al aire libre de cine argentino con acceso gratuito en el Centro Cultural Victoria Ocampo.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/cine/carlos-pirovano-los-cambios-la-cantidad-de-empleados-que-tiene-hoy-el-incaa-y-los-millones-previstos-nid06112025/

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